Te otorgas el permiso de insultar su inteligencia
Crees que sabes más de ese corazón que ella resguarda bajo el pecho
Te sientes rey del universo de su mente; soberbio, victorioso te sonríes
Confiado de que hay alguien que te ama, que no te condiciona, ni reclama.
Ignoras que el pasado la ha escaldado de esa indiferencia
Y ahí vas estúpido, pretendiendo matar a los cadáveres
Pero no es tu víctima quien te hará pagar por las heridas
Sino la vida misma quien te pasará la cuenta.
Caminas por ahí presumiendo ser graduado de lecciones de la vida
Crees que en tus consejos hay sabiduría, iluso, si ni de tus hijos cuidas
Pero cuando llegue el fin de tu jornada, sabrás que lo que diste no fué nada
No habrá frutos en la tierra no labrada, amor no encontrarás en su mirada
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