Puedes sentir que el fin se acerca, el fin de una etapa de soledad y locura, de libertad y vacio, de entrega y desamor. Vuelven los dias quietos y fructiferos, tiernos y especiales… pero con un alto precio. Las personas que cruzaron tu camino para solo dejar heridas o hecharle sal a las que aun no sanaban… se marchan, desaparecen. La tormenta se va y vuelves a sentir los tibios rayos del sol consolarte en un abrazo. Aun estas de pie, aun estas sola, pero las cosas han cambiado. De nuevo puedes ver el color de las flores y sentir la caricia del viento sin dudar ni un segundo que todo pasa por alguna razon. Sabes reconocer cual es esa razon. Sin duda sabes que has sido llevada como una hoja a merced de las rafagas, pero ahora te posas sobre el verde pasto y contemplas tu alrededor como nunca antes tuviste oportunidad de hacerlo. Las cosas vuelven a su lugar, de nuevo hay orden. De nuevo puedes pensar claro y afinar tus metas. No fue alguien la persona que te llevo hasta ahi, solamente el tiempo, tu consciencia, tus pasos y el destino. No hay nadie que importe tanto mas que tu… pero sabes que solo tu puedes salvarte de esa enfermedad que te carcomia el alma. Sabes que debes seguir sola por tu camino, pero dirigiendote hacia otro rumbo. Sabes que no puedes ser feliz sin encontrar esa paz interior que perdiste algun dia. Sabes que nadie debe ir de tu mano hacia el camino a casa, pues es un camino de dolor y amargura, pero sabes tambien que cuando regreses quiza puedas estrechar la mano de alguien para finalmente despedir ese ultimo escalon. Todo es tan incierto, pero tan sencillo. Ahora lo comprendes; te lavas las manos y de nuevo sientes el agua mojarte de esperanza. Sientes que aunque no tienes alas sanas, puedes empezar a ver el cielo, planear tu vuelo. Sabes que aun hay alguien, que siempre hubo alguien ahi. Vuelves a tener anhelos dignos y afrontas tu responsabilidad. Sufres como nunca y no hay salida, pero ya lo sabias, y lo admites, y te aferras y no te rindes. Sigues fuerte, debilmente fuerte. Sigues acompanada pero es preciso sentirte completamente sola para poder progresar y salir valerosa de ese fango de dolor. Eres vencedora y sabes lo que tienes que hacer. Nunca has necesitado ese alimento espiritual como ahora… llegas a comprender que no es por alguien mas que era preciso ser firme, sino por tu propia felicidad. Sabes que escogiste el camino dificil, pero que no todo esta perdido. Entiendes la eficacia de la bendicion mayor otorgada al hombre. No te rindes. Y sigues adelante. Sola pero lista
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