November 12, 2007 - Monday
| Ya pasó, ahora puedo hablarlo. Llegue al hospital sola. Era 26 de Octubre, estaba nublado y hacia frio. Me sentía fuerte al caminar a través de la amplia estancia del recién remodelado hospital de Goshen. En el extremo del lugar había un piano negro que tocaba solo. Lo admire por algunos segundos intentando distraerme de mi cruel realidad. Hable con una mujer de edad avanzada por un corto momento tratando de recibir información de hacia donde debía dirigirme. La mujer me indico que el elevador no subiría más allá del segundo piso, y que ahí era donde debía registrarme. Que irónico; hasta el maldito elevador estaba siendo restringido. Había muchos pisos, sin embargo este no llegaba más del segundo. Pensé en como a mi también se me estaban cortando las alas. Continué mi trayecto hasta un mostrador donde había una mujer sonriente charlando con unas mujeres. No podía pensar bien, estaba enfadada; había enfermeras caminando por los pasillos, y una de ellas tenia un vientre enorme de algunos siete meses de embarazo. Contuve mis ganas de llorar y salir corriendo dirigiendo mi vista hacia los folletos de información pero no logre leer ni descifrar de lo que se trataban. La mujer que por fin me atendió era gorda y despistada. Llego otra de ellas quien fue la que me llevo al lugar donde esperaría hasta ser intervenida. Tuve que quitarme mi ropa, ponerme una bata, guardar mis pertenencias en una bolsa de plástico, y contestar una serie de repetitivas preguntas a unas dos o tres personas. Las enfermeras eran amables y atentas. Era mi primera vez en un hospital como la paciente. El lugar era muy frio, pero las sabanas calentadas que me dieron las enfermeras ayudaron un poco. Yo intentaba distraerme con la tele, pero era interrumpida frecuentemente por otras enfermeras preguntándome las mismas cosas. La doctora quien efectuaría el procedimiento charlo conmigo unos minutos. No fue muy específica en cuanto a lo que iba a hacerme, pero para ser honestos, ni yo lo quería escuchar. Era un aborto (no electivo)… un D&C o algo asi. Poco tiempo después de que me pusieran el suero, llego el anestesiólogo para explicarme lo estaba por pasar. La enfermera me advirtió que tendría que quitarme mis lentes de contacto durante la operación, lo cual siempre me resulta incomodo ya que mi vista esta muy mal. Trate de relajarme en la camilla y respirar profundo mientras pensaba en otras cosas. Me dirigieron a un lugar todavía más frio, y aunque tapada, podía sentirlo. Era un cuarto amplio y distingui los grandes focos de quirófano. Yo estaba muy nerviosa, casi temblando. Me ayudaron a cambiarme de camilla; yo no podía distinguir sus rostros. Reconocí la voz del anestesiólogo quien me informo que me daría un tranquilizante por medio del suero. Dijo que al quedarme dormida me introducirían un tubo por la garganta para ayudarme a respirar. Para esto yo ya tenia una mascarilla de oxigeno. En eso empecé a sentir un gran ardor en mi brazo… pero estaba realmente calmada y relajada. Pensé en decirle esto a ese hombre, pero no logre hablar y me quede dormida. Desperté aproximadamente una hora después en una camilla en movimiento. Lo primero que recuerdo al despertar fue la voz de una enfermera y mi angustia inmensa que esta vez no pude contener. Empecé a llorar sin preocuparme de mi derredor, ni de guardar silencio. Llore inconsolablemente, sin control ni reprensión. Aunque sentía dolor físico en mi vientre (como cólico), no era el dolor físico lo que me causaba el llanto, era el dolor emocional el que me desgarraba. Una enfermera me tomo la mano y me dijo que todo estaría bien. No basto para consolarme y yo solo le dije que yo quería tener a mi bebe. Ella me dijo que lo sabía. Seguí llorando sin palabras por un rato más. Podía sentir las lagrimas rodar por mi caliente cara, y ellas las limpiaban sin yo hacer el mas mínimo esfuerzo por detenerlas. Me sentía vencida; me sentía vacía. Me sentía fracasada. Sentía como si alguien me hubiese cacheteado con la intención de quitarme el orgullo de golpe. Ellas hablaban entre ellas preguntándose si alguien de mi familia estaba ahí. No había nadie. En este momento, yo deseaba que estuvieran… pero al principio no lo propicie. Jamás pensé que me doblegaría así. Pensé que para esta hora, Ernesto estaría ahí… esperándome. Pero al preguntarles a las enfermeras me dijeron que no había nadie en la sala de esperas. No se cuanto tiempo paso… todavía estaba sedada. Solo pensaba en el "si hubiera". Volví a ver la silueta de la enfermera embarazada y más me hundía el pensar en lo lindo que hubiera sido si mi bebe hubiera vivido. Dios tenía otros planes. El pequeño ser había dejado de crecer a las siete semanas y media sin yo saberlo. El doctor lo detecto en mi cita de diez semanas por medio de un fallido intento de escuchar su latido, seguido por un ultrasonido que lo confirmo. El feto había muerto, y mi cuerpo lo protegía sin desecharlo. Eso había pasado un par de días antes. No sabía como tomar todo esto; me mataba el hecho de haberlo perdido… pero de alguna manera en mi interior había un sentimiento de alivio al saber que el no vendría al mundo a sufrir la cruda realidad de sus imperfectos padres. Al cabo de un rato llego Azucena. Estaba vestida con ropa de enfermera pues venia de su trabajo. Me ayudo a cambiarme y a levantarme. Supe despues que cancelo una cita con su novio por estar conmigo. Fue un alivio tener a mi hermana conmigo en ese momento. Sentia que empezaba a salir del pozo. Ella se veia linda, sonriente y por su manera de servirme pude sentir su amor. Me senti bendecida. Ya han pasado varias semanas y estoy de pie. Me siento mejor. He sabido aceptar la voluntad de Dios y he comprendido que no ha sido un fracaso. Esto ha sido una oportunidad para mi; una leccion de amor a la cual puedo sacarle provecho. Todas las cosas realmente pasan por algo, y no estoy sola. He sido bendecida con bellas personas en mi familia quienes me aman y no me dejan sola, y no puedo pedir mas. Me siento agradecida por cada experiencia que vivo ya que cada una de estas me hacen una persona mas fuerte. No soy perfecta, ni siquiera estoy cerca de serlo... pero se que soy mejor de lo que fui por lo menos en algunos aspectos. A mis amigos, les quiero agradecer su apoyo y su compania. No busco dar lastima, sino compartir con ustedes parte de mi ser y de mi vida. Espero que esto pueda ayudar a algunos de ustedes a ver sus propias vidas y reconocer esas bendiciones de las cuales disfrutan. Gracias a por sus lindas palabras y su atencion. |