Abre La Puerta
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grateful El domingo pasado alguien toco mi puerta. Estaba limpiando mi departamento, y me asomé a ver quien era. Era una mujer mayor, con una laptop y muchos papeles. Venía representando al departamento del censo, lo cual me pareció extraño ya que era Domingo. Recordé que los meses anteriores habían venido a buscarme muchas veces, y nunca les abrí o les contesté las cartas. No me agradaba la idea de tener que exponer como gasto mi dinero, para que ellos puedieran generar sus estadísticas. Tenía la musica prendida, y no quise ser grosera al ignorar su insistencia; aunque eran mis intenciones no dejarla entrar y pedirle que regresara en otra ocasión.
Abrí la puerta, y astutamente, usando todas las técnicas de buen vendedor, entró a mi sala hasta instalarse en el sofá. Entre preguntas desde cuanto gasté en mi ultimo corte de cabello y cuanto pago por gasolina al mes, me dí cuenta de que ella era una mujer muy agradable. Hacía su trabajo al mismo tiempo que empatizaba conmigo. Si no supiera de las habilidades de aquellos que trabajan para ganar comisión (eso de establecer relaciones de confianza con el cliente, o buscar identificarse con el), hubiera jurado que nos haríamos amigas. Ella me contó acerca de su hija, y una mala decisión que ella tomó. Me contó que se casó súbitamente con un hombre aparentemente bueno, que después resultó no ser el ideal para ella. Repasé algo que viví en mi vida personal. Después de contarme las malas decisiones de su hija, pasó a contarme lo positivo: que tambien había comprado una propiedad, en vez de rentar por vivienda. Su hija es apenas unos años mayor que yo, y ya tiene su propio hogar, el cual pudo retener después de su divorcio. Eso es algo admirable y me motivó a pensar en algo asi para mi.
Siguieron las preguntas por un buen rato, y también siguió la historia de su hijo, quien me dijo fué aforunadamente un buen estudiante y terminó una carrera en la universidad. Su hijo, dejó el diploma colgado para convertirse en un entrenador personal. Después él se accidentó y lastimó su pierna gravemente. Su vida cambió ya que perdió su trabajo, su dinero, vivió pobremente en California e ignoró la petición de sus padres de volver a casa. El se levantó -podriamos decirlo en sentido figurado y también literal- y retomó su vida al empezar un negocio propio de "enfermeras ambulantes". No solo me contaba sus historias, si no que infiltraba consejos que yo necesitaba escuchar. Me motivó. De esta experiencia –aparte de consejos económicos importantes- aprendí que cuando se nos cierre una puerta, debemos buscar otra. Si no hay alguna otra puerta abierta, entonces buscar una ventana. Pensé que a cada pequeña oportunidad que se nos presenta podemos sacarle algun provecho. Yo le abrí mi puerta, y ella me abrió otras.
Después me puse a pensar en lo afortunada y bendecida que he sido al encontrar personas asi en mi vida que me dan enseñanzas. Recordé otra ocasión en que fuí a una gasolinera cercana a comprar algo ligero para comer. El encargado ya me conocía, aunque no muy profundamente. Su nombre es Jim, y es un árabe cordial quien intenta hablar Español. En una ocasión anterior, le comenté que pasaba por una separación, pero jamás entre en detalles al respecto. Esa noche, venía deprimida por que -a pesar de tener la compañía de alguien- me sentía muy sola y confundida en cuanto a que dirección tomaría mi vida después de mi divorcio. Lo saludé mientras pagaba por mi compra. El me dijo, "Necesitas buscar a un esposo, no a un novio. Eres una mujer muy especial, y todos te estan viendo... esperan algo de ti." Lo miré fijamente, casi queriendo preguntarle por que me decía estas cosas. Pero entendí. Creo que Dios trabaja en maneras diferentes y a veces parecen extrañas. Este consejo que este hombre me dió, lo había yo leído en mi bendición patriarcal. Las palabras no eran exactamente iguales, pero el punto era el mismo. Y en ese momento era lo que yo tenía que aprender, o recordar. Que debo de ser una luz para los demás, y ser un buen ejemplo. No necesariamente quiere decir que tenga que buscar la apreciación o aceptación de los demás, pero si procurar vivir de tal manera que pueda ser una guía para personas a quienes yo este asignada a enseñar a lo largo de mi vida, por aquel quien me puso aquí.
A veces quienes nos enseñan son personas fugazes, como la representante audaz que entró a mi casa, o Jim el vendedor arabe, pero a veces son personas que se quedan en nuestro corazón por siempre. Después pense en una historia que leí hoy. Es una historia muy potente, era un "borrador" pero el mensaje lo entendí, y me encantó. Mi amigo Ethan la escribió, y no sé exactamente cuando sintió la inspiración o por que decidió escribir de eso, pero, de nuevo, era lo que en este momento yo tenía que entender. Lo que mas me llegó fueron las siguientes enseñanzas.
"Si uno no espera nada, sus sueños se mueren, y con ellos su felicidad, el propósito mismo de su existencia."
"Seres sin fé y sin ninguna dirección en este mundo jamás pueden llegar a ser grandes a menos que cambien."
De el no he aprendido solo estas cosas; el hecho de haber conocido a una persona con quien me puedo comunicar de una manera muy exacta y especial, me testifica que Dios permite que conozcamos a personas especiales en esta vida, para ayudarnos a crecer. Es como creer en angeles de la guarda, pero mas bien en almas vivientes que afectan nuestra existencia dandole sentido a cosas que jamás creímos llegar a entender.
En este blog, hablo de dos personas neutrales, y una persona demasiado especial en mi vida de quienes aprendí; asimismo, hay personas negativas de las cuales también he aprendido. El punto de este rollo es que cada persona que nos enseña o nos ayuda a entender algo, es especial y puesta en nuestro camino, no por mera casualidad sino por un propósito eterno. Creo que el destino es creado por una convinación perfecta de nuestra propia sabiduría y la sabiduría del Creador. Doy gracias por estas personas mencionadas, y todas aquellas quienes me han aleccionado, por estas experiencias y por estas enseñanzas. Y es mi deseo sincero, poder seguir aprendiendo de cada persona, y ultimadamente llegar a compartir mi vida con una persona especial, que me pueda hacer crecer y ayudar a entender lecciones importantes a lo largo de mi vida.
Me despido invitando a todos a abrir la puerta del corazon y dejar entrar a personas a nuestras vidas. Les invito a abrir sus corazones y poner atención a lo que pasa al rededor de lo cual podremos aprender. No solo aquellas personas educadas o dignas nos afectan positivamente; aquellas personas quienes resultan ser un desafío para nosotros, son a veces las pruebas de las cuales aprenderemos las lecciones mas importantes de la vida, como la paciencia, tolerancia, compasión, autodominio, y el perdón. Espero haber sido -o llegar a ser algún día- un instrumento en las manos de Dios para enseñar algo a alguien. A esto aspiro.